¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?

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Colombia herida

lunes, 31 de mayo de 2010

Por qué no voto por Juan Manuel Santos. (24 de mayo de 2010)

Aunque parezca producto de la mente de un JJ Rendón verde, que no lo soy, y que no tengo el poder para serlo como párvulo refugiado en un blogcito de difusión gratuita y restringida, si voy a decir abiertamente por qué no me gusta la figura de Juan Manuel Santos para que sea presidente de Colombia. Trataré de hacerlo de una forma objetiva y desapasionada, aunque sé que no lo voy a lograr porque es que de verdad el tipo me cae mal. Evitaré apelativos como “Chuky”, “Grinch”, “Santo Positivo” o cualquiera que ataque la desagradable apariencia física de este ser… do.

Voy a empezar por el final: A mi no me gusta la gente que se alegra con la muerte de otro ser humano. No voy a negar que sentí alivio cuando dieron de baja a Raúl Reyes. Porque ese era otro que se alegraba con la muerte. Y aplaudí al Gobierno por el operativo, porque sé que consultándole a Correa todavía andaríamos detrás de él para pedirle el favor de que por lo menos le sacara la lengua en territorio ecuatoriano. Y él no lo hubiese hecho. Me molesta es toda la política generada alrededor de los estímulos para dar caramelos por muertos y el desprecio tan grande por la vida que este estúpido experimento suscitó.

Los grandes demócratas de la historia, han visto a la muerte del enemigo como un mal necesario en la procura de fines superiores de la sociedad. Pero un mal. Y el grueso de los muertos en nuestra guerra no son como Raúl Reyes. Son unos muchachitos sacados de sus casas a la fuerza cuando no han dejado de ser niños, bajo presión y en contra de su voluntad que les dan un fusil a las malas y les ordenan matar so pena de su propia muerte o la de sus familias. Creo que el merito real de un demócrata está en sacar a estos jóvenes de la guerra vivos, no muertos. No mostrando cómo aparecen sus botas ensangrentadas saliendo de unas bolsas negras horribles mientras todos los que están vivos se abrazan jubilosos como si esto fuera una cacería de bestias. No, ese país no me gusta, y el estratega que lo pinta así, tampoco.

No comparto el ideal guerrillero, o mejor, su falta de ideales. Mucho menos comparto su forma de proceder y de torturar a todo un país secuestrando, matando, extorsionando, y todas las porquerías que hacen. Son despreciables como se les mire. Pero la brutalidad no se puede atacar con brutalidad. La brutalidad se ataca con inteligencia, y a todas luces, Santos no es un tipo inteligente. Es instruido, educado y tiene más cartones que la casa de Lupe, una desplazada que vive en “el paraíso” arriba de lucero alto. Pero no es inteligente. Un tipo inteligente daría incentivos por pacificar, no por matar.

Matar es fácil, más si se tiene un fusil para hacerlo. Pacificar requiere de más sesos. Qué tal si a un comandante de división se le dan estímulos por reducir los combates en su zona, por cartas de gratitud de la comunidad que protege, por actividades que le procuren cariño y no miedo. Qué tal si se incentivara al Coronel que sea capaz de disuadir a un grupo de muchachos guerrilleros para que se desmovilicen y sean productivos en el bando de la legalidad. Qué tal si los muertos fueran la última opción y no la primera. Sencillo, habría menos muertos y más vivos. Pero si a un general le dan caramelos, medallas, vacaciones, viajes y prestigio a cambio de muertos, muertos se tienen. Porque si uno corrompe la cabeza de ahí para abajo todo se corrompe. El General premia al Coronel, el Coronel al Capitán, el Capitán al Sargento, el Sargento al Cabo, el Cabo al soldado y ya… muertos elevados a la potencia “n” tenemos.

¿Y si no podemos matar guerrilleros? Fácil, nos inventamos guerrilleros. Cogemos al hijo de la señora Lupe que es medio tránsfuga, le ofrecemos un puesto en Ocaña, lo emborrachamos y lo matamos. Vamos a donde mi General, él nos da un fin de semana de permiso y una platica y mi General queda bien con mi Ministro de Defensa ¿Y doña Lupe? Doña Lupe no importa, para eso tiene hartos hijos y le damos platica de “Familias en Acción” por seguir preñándose irresponsablemente ¿Y el Ministro que diseñó todo esto? El Ministro ahora es candidato presidencial con grandes posibilidades de ganar y no le ha dado nunca la cara a doña Lupe así doña Lupe lo busque para que le de una explicación. Aparte de que no le da la cara, le manda a decir con su señora esposa, que si no vota por él, le quita el subsidio de Familias en Acción.

Y doña Lupe sólo piensa: “me tocará votar por el Santos porque o si no me quedo sin el “suicidio” de Familias en Acción”. Y ya, Santos tiene hasta el voto de doña Lupe a pesar de que él diseñó la estrategia que terminó con la vida de su hijito tránsfuga, el que más quería, porque o si no, no podría mantener a sus otros 5 hijos que le dan platica con los “suicidios” de Familias en Acción. Esto si es ganar por punta y punta, pero no me vengan con que es inteligencia. Esto es astucia, hasta “picardía” es.

En cualquier país maduro esto tendría una responsabilidad política que debería asumir un personaje político. El endiosamiento de Uribe lo inhibe a él de asumir cualquier responsabilidad. Así sea evidente su responsabilidad directa, como con las interceptaciones ilegales del DAS. Pero uno por lo menos esperaría, como ciudadano, que el Ministro de la cara. No sólo no dio la cara sino que quemó a más de 10 generales y un sinnúmero de oficiales sin el debido proceso, algunos de ellos sin responsabilidad alguna y se los tiró a los leones de la opinión pública y la justicia como cualquier emperador romano en problemas. Y aún hay quien piensa que las Fuerzas Militares “lo adoran”. No, no es cierto. El resentimiento que genera Santos en los soldados honestos de la Patria detrás de bambalinas le haría casi que ingobernable el país. Un mito más desvirtuado. Esto sin contar a todos los generales de la policía que quemó injustamente para poder subir a Naranjo, escudado en otra evasiva de su responsabilidad cuando se empezaban a destapar las “chuzadas”.

Otra cosa que no me gusta de Juan Manuel Santos es su “camaleonismo político”. A simple vista se nota que no es un tipo de estructura y principios. Es un político ávido de poder. Ha servido a dios y al diablo con tal de no perder vigencia.

Made in USA, privilegiado de los pocos que podían estudiar fuera en los 60´s, no regresó de Harvard a Colombia. Mejor se fue para Londres a representar a los cafeteros colombianos cuando en la vida había visto un palo de café. Quizás acá esté aflorando mi resentimiento social de lumpen. Entonces no diré más al respecto.

En todo caso llegó a Colombia a principios de los 80’s para hacer una carrera periodística corta en la que admiró profundamente a Antanas Mockus, para luego meterse de cabeza en la política desde la que despreció y ha despreciado a Antanas Mockus por no ser un político tradicional y que más bien le parecía un payaso simpático.

Fue Ministro de Gaviria, de un Ministerio sospechosamente creado para él. Fue el primer Ministro de Comercio Exterior. La apertura económica de Gaviria dejó a mi tío que fabricaba camisas en Pereira en la absoluta quiebra y sin ningún respaldo del Estado. Quizás acá también esté brincando mi resentido de lumpen. Después, Santos pasó al partido liberal de codirector, esperando para dar el zarpazo durante el Gobierno de Samper. Ante la ingobernabilidad de éste, que se vendió a los narcos para ser Presidente, dicen, no me consta, que le quería hacer el cajón al bojote junto con unos militares y otros paramilitares para tumbarlo. Qué lindo. El mismo Samper lo dice y las mentiras entre mentirosos resultan creíbles.

Como no pudo dar el zarpazo por la resistencia del serpazo, prefirió ser precandidato. Pero como tenía más fuerza un Topolino modelo 70 sin reparar, prefirió desistir para seguir viendo a qué árbol se arrimaba. Ganó Pastrana la presidencia en el 98 y lambió y lambió y lambió y lagartió y lagartió y lagartió hasta que por presión política Pastrana lo nombró Ministro de Hacienda en el 2000. De él sólo recuerdo el impuesto del 2 por mil en las transacciones bancarias que ahora es 4 por mil para superar una crisis de los bancos. Ahora, que los bancos están bien, yo no veo que me devuelvan esa platica por las utilidades monstruosas que presentan. Y el impuesto sigue.

Después, Uribe… y me da pereza contar qué pasó. Además todos lo vimos en vivo y en directo. La carrera política de Santos se resume así: Con Gaviria se volvió gavirista, con Samper se volvió oportunista, con Pastrana se volvió pastranista y con Uribe se volvió uribista. Ahora sólo es Santos y como no es nada de lo anterior, sólo es un político vacío de contenido y lleno de soberbia acumulada en estos 20 años.

Juan Manuel Santos es el típico camaleón político que se para encima de la cabeza de sus amigos y enemigos para obtener el poder. Es producto de unos medios que él controla o que controla su papi o su primis o su tío. Es el típico representante de una élite recalcitrante que nos ha tenido del cuello durante los últimos 200 años. Es el típico representante del maquiavelismo que avala que el fin justifica los medios. Y el fin es su poder al que ama con absoluta pasión, pero por el poder mismo, por nadie más. Por el gusto de sentirse poderoso. Y el poder lo siente dirigiendo tropas al combate, que le lleven en canastos la cabeza de sus enemigos y jugando al Mariscal mientras gana guerras que se inventa.

No me gusta Santos porque es la representación de la continuidad, lo que asume con cinismo. Del Úberrimo a El Tiempo todas son granjas y todos somos peones. Son capataces que nos dicen cuáles son los principios que debemos respetar así ellos mismos se los pasen por la faja cada vez que se les da la gana. Son patrones, pero no son líderes. Son mandoncitos, pero no saben mandar. Son arrogantes y les gusta sentirse así. Me refiero a Santos y a su estirpe de guerreros fabricados en Harvard, Oxford e intermedias.

Y por último, lo que no me gusta de Santos son los santistas. Pero no los que votan coaccionados porque les van a quitar el “suicidio” de “familias en acción”, esos me dan pesar. Me refiero a los santistas de pura sepa.

Vi un letrero en el Facebook de una compañera de la universidad que encaja dentro del perfil santista o como yo me imagino el estereotipo así: “ESTAMOS ELIGIENDO PRESIDENTE COMO SI FUERA LA MUCHACHA DEL SERVICIO: no sabe hablar, no sabe cocinar, no sabe lavar, no sabe planchar, pero es honrada!!!” con el consabido “ja,ja,ja,ja” subsecuente.

Me imagino a las señora de Urrea, de Urrutia, de Heinz, de Pombo, de Santamaría, de Ladrón de Guevara, de Santos y todos aquellas “de” que evitan mezclarse con el genoma chibchoide, muertas de la risa de esta “ocurrencia, ala”, mientras la pobre Lupe escuchaba lavando platos en la cocina, rezando para que no le fueran a quitar el “suicidio” de Familias en Acción. El juego de bridge en la que a la más “pila” de todas se le ocurrió eso, debió ser inolvidable.

Y así son la mayoría de santistas o por lo menos sus argumentos. Flojitos, agresivos, clasistas, peyorativos, pero sin fondo o consistencia. Que hay que acabar a esa “plaga”, pero uno no sabe si se refieren a la guerrilla o a los pobres. Que Mockus es como Chávez porque, porque, porque… no sé por qué… nunca lo explican. Que porque Mockus admira a Chávez. Prefiero a alguien que sepa tramar y amansar al mandril ese, que alguien que lo rete a pelear como varones o que le de en la cara marica. Que Santos representa la continuidad de Uribe, pero va uno a ver y los uribistas con ideales claros están o con Vargas Lleras o con Mockus. Los seguidores de Santos son esas elites genuinas o de levantados o “clase emergente” que llaman, que para entrar al club les piden el carnet del Partido de la U. Y a mi eso tampoco me gusta.

Si, lo confieso, no pude ser objetivo y mucho menos imparcial. Me cae mal Santos y lo que representa. Asumo los insultos, improperios, amenazas y hasta que me den en la cara maricas por pensar como pienso. Pero no me lo puedo guardar y menos aguantar. Menos ahora que el diario de mayor difusión en el país, El Tiempo, le está haciendo campaña en contra de cualquier criterio periodístico o informativo. Como yo no soy periodista, pienso y estoy en mi blog, gratuito y restringido, lo digo con claridad. No voto por Santos por nada, ni por los 40 mil que me dan si me agarro a escribir en la red ni porque venga hasta acá a ofrecerme Familias en Acción. No, gracias pero no. Comprendo a doña Lupe y que le toque hacerlo, pero sé que somos más los que no “tenemos” que hacerlo, entonces, YO, no voto por Santos. Me mamé de las picardías, los pícaros y los picarones y tengo resentimiento de lumpen. No y no. No voto por Santos.

2 comentarios:

  1. al igual que usted no puedo ser imparcial, por que detesto la idiosincrasia que representa este sujeto y su régimen. Toda esa chabacaneria, chambonada, ese nacionalismo mediocre de llorar cuando shakira se gana un grammy, y doña Lupe sufriendo porque su hijo ahora vende gramos.
    Me asquea la inconsciencia y la negligencia, pero sobretodo me asquea esa maquinaria mental, ese jj-rendonismo que emana esporadicamente en el imaginario colectivo del Colombiano asustado, de ese sujeto temeroso, de qué, de cualquier cosa que le digan que hay que temer, con o sin razón.

    Y aun así la vida de estos descerebrados es sagrada así como la del señor electo, su vida es sagrada, así ellos consideren que las nuestras no lo son, ante todo yo considero que tratar a estos tipos con una decencia a la cual nunca se han expuesto, una decencia verdadera, no un "hola chatico cómo vas". Frente a esto, últimamente me he arrepentido de apoyar tanto al partido verde, puesto que se ha caído en la usual gaminada de estos megalomanos, no por parte de Mockus, sino de quienes lo apoyaron...

    Y claro que entiendo a doña Lupe, claro que entiendo a doña Carlina una negra de esas que dicen "yo no son negra, yo soy morada" con orgullo, esa misma que tragándose ese orgullo tuvo que votar por la representación de una fuerza publica que violó a sus hijas, mató a sus nietos y enterró vivo a su negro, porque un día, con fusil en mano les tocó darle agua a los de las botas de caucho.

    este es un país sin memoria, sin conciencia. al que se le sumaran 4 años más de lavado cerebral... Yo creo que cuando Mockus dijo, AHORA TODO! se refería a que ahora, en verdad, todo: ejecuciones extrajudiciales, absoluto poder militar, una corrupción descarada en el poder legislativo, ejecutivo y judicial.

    más de lo mismo, más a la máxima potencia.

    Pero qué... si ese mockus, osea won, que tipo tan dah, super paila no se afeita y dice ser honrado, osea te imaginas, un pais honrado, mi viejo declararía las 30 fincas que tiene, se dan cuenta que mi carro paga un Soat más barato y que los cartones que mi mami cuelga en la oficina, los imprimieron en el ricaute, osea no dah ese man es una foo...

    ESTE ES UN PAÍS DE MIERDA.

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  2. Qué tal duck. Creo qué Colombia ha ratificado su sumisión a las élites de una manera aplastante. Estamos dominados por unas élites muy habiles para manejar la necesidad y una base necesitada que sólo sabe reaccionar sometiéndose. Por eso creo que la obligación del cambio está en la clase media pensante. Pero siento que no hay cohesión. Es difícil encontrar un espíritu revolucionario que no quiera ser protagónico y que al final termine enredado en los laureles y olvidando el compromiso. Quizás si estemos hablando de un país de mierda, y la reacción no está en aceptarlo pasivamente. Yo, por ejemplo, me fui de Colombia, y siento esto como un exilio voluntario que tomo frente al asco que me propicia ver lo que pasa en mi país. Pero no renuncio a la posibilidad del cambio. Desde acá formo mi trinchera y poco a poco se van adhiriendo mexicanos, argentinos y gente de otros países que entienden esto como una atrofia latina y nutren la lucha, el discurso y sus explicaciones. Creo que tiene razón en su escozor y lo comparto. Gracias por leerme, por estar acá, y si quiere continuar construyendo pensamiento y revolución, bienvenido. Acá estamos armando ideas que ojalá algún día sean ejecutables más allá de la pantalla. Un abrazo.

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